El Movistar Estudiantes cerró el año 2020 como lo abrió, con derrota. Del Bilbao al Tenerife, que este martes ganó con contundencia y bastante facilidad en el WiZink, los colegiales han disputado 24 partidos y el balance es muy negativo: 6 victorias y 18 derrotas. En lo que llevamos de temporada, suman cinco, que parecían un buen botín pero que comienza a ser escaso dentro de una parte baja que ya ha visto la resurrección del Herbalife Gran Canaria y espera la del Coosur Betis después de enlazar dos seguidas, la última de nivel en el derbi andaluz frente al Unicaja.
La derrota frente al Iberostar no era descabellada. Más bien, esperada. Los canarios son segundos de la Liga Endesa con solo dos derrotas… y contra los gigantes TD Systems Baskonia y Barça. Lo abultada de la misma es lo que duele (+26) al igual que la sensación palmaria de inferioridad. Se hiciera lo que se hiciera. Un gigante amarillo contra una hormiga azul que se deshizo totalmente en el último cuarto. ¿Lo positivo? Buenos minutos de Delgado: 11 puntos y 6 rebotes para 17 de valoración. Ya. Punto final.
El plan era claro de inicio para Zamora: ahogar a su rival, sacarlo de rueda en lo físico. Los canarios llegaban tras afrontar un duro partido contra el MoraBanc Andorra el domingo, mientras que los madrileños estaban frescos después de ocho días de descanso y de preparación. El técnico no paró de rotar en el primer cuarto y todos sus hombres desfilaron por la cancha a excepción de Édgar Vicedo. Algunos poco como Arroyo (1:26) o Sola (1:17), otros una eternidad (Roberson, 7:15).
Un poco desquiciante y sin sentido, aunque al principio prometía con Gentile dando ventajas (4-3 y 8-6). Serían las últimas. A partir de ahí, el Tenerife sacó mucho músculo atrás y acierto desde el exterior. 4 de 8 en triples por el 0 de 6 colegial. Encontraba las esquinas, castigaba el error para aumentar la ventaja hasta los 11 tantos (11-22) al cerrar el periodo con un parcial sobrecogedor de 3-16 en 7 minutos. Los locales, cortocircuitados, solo consiguieron una canasta en juego en ese lapso.
El Estudiantes muere en el perímetro
Se trató de dar la vuelta en el segundo. El Estu ganó el parcial (18-17) con un buen paso adelante que les metió de nuevo en el partido. Las diferencias llegaron a reducirse a -4 (29-33, min. 19). Y eso que las faltas lastraban con 4 en los 120 segundos iniciales. Dos triples seguidos, uno de Salin y otro de Fitipaldo, dejaron en nada todo el trabajo: +10 (29-39). Zamora redujo la rotación y sus chicos se lanzaron a presionar por todo el campo, algo habitual esta temporada… pero los canarios supieron resolver el problema con un fondo de armario que es una envidia para cualquier equipo de la Liga Endesa: cuando no es Huertas, es Fitipaldo; sino le toca a Salin, Cavanaugh, Doornekamp… Y queda Yusta por coger ritmo tras su grave lesión. La única noticia esperanzadora para el Movistar era que Shermadini no tenía su día: solo dos puntos en los dos primeros cuartos. Sin el georgiano, Cavanaugh se hizo con los mandos: 8 puntos en el segundo cuarto para 18 y 22 de valoración al final. No paró de castigar.
El Iberostar ya vivía tranquilo. Hacía lo justo, que es mucho para cualquier otro, y rompía las trampas, la presión, las defensas cara a cara y las zonas como papel para alcanzar el +15 (43-58, min. 29). El encuentro estaba ya roto a su favor con un rival que convirtió perímetro en su purgatoria particular: del 0/6 del primer cuarto al 2/8 del último pasando por 4/13 de los dos intermedios. ¿El total? Un 6/27 con Alec Brown desesperado: 2/10 con tres fallos seguidos, bien lanzados, pero errados en el tercer periodo. Los canarios, 13/28. Diferencias. Mucha pólvora mojada para meter mano a un rival que cerró con calma el encuentro ya pensando en su enfrentamiento con el Real Madrid del próximo sábado para abrir un 2021 que se le presente emocionante.